sábado, 22 de octubre de 2016

LOS PARTIDOS CORRUPTOS SE ATRAEN Y SE RESPALDAN PPSOE

         Procuro limitar mi participación en asuntos políticos, pero después de escuchar a Rajoy defender la libertad de expresión de Felipe González me ha entrado el vómito, y no he podido evitar posicionarme ante la catarata de falsos demócratas, que han manifestado su rechazo a que los universitarios evitaran que Felipe González ofreciera una conferencia en las instalaciones universitarias. En todo caso, para mí los responsables del incidente son los que dirigen los centros educativos, porque si quieren educar a los jóvenes para la libertad, que es su obligación, lo primero que tienen que hacer es no llevar a sus centros personas desacreditadas, que han demostrado ampliamente que no son modelos precisamente.
            Pero antes de seguir quiero aclarar dos cosas, una es que no me debo a la disciplina de ningún partido o sindicato, es decir, mi opinión es libre e independiente, y la otra es que si algo me produce más repugnancia que Franco y los franquistas, es Felipe González y el felipismo, porque el primero carecía de ideología, pero González todavía se proclama Socialista.
 Dibujo: Francisco Atanasio Hernández
            Es lógico que tanto el derechista Rajoy como los mejores socios de González, Rubalcaba, Bono y Guerra, que formaron parte de los gobiernos del felipismo, y hace cuatro días apoyaron el supuesto golpe de estado en el PSOE, (yo creo que es una obra de teatro muy bien representada, que confirma que al PSOE lo único que le interesa son los sillones y los principios y la ética les importan un bledo), se hayan escandalizado porque los estudiantes no permitieron la presencia del ex-presidente Felipe González en los salones de la Universidad, porque creen, y con buen criterio a mi entender, que ese personaje no tiene nada bueno que enseñarles.
Sí, sus socios y Rajoy son coherentes por una vez en su vida, pues respaldan a alguien que piensa y actúa como ellos, ya que no hay que olvidar que si en algo se caracterizó el felipismo fue en prolongar la corrupción y extenderla a todas las instituciones del Estado, y las formas de gobierno franquistas, incluidas el terrorismo de Estado, durante los 14 años que duró su mandato supuestamente democrático.
            Felipe González que durante varios años había estado callado, porque le interesaba más consolidar su puerta giratoria y agrandarla si fuera posible, en estos últimos, ha vuelto a ser portada en los medios de comunicación en general, y no es casual, pues parece una actitud bien estudiada, ya que varias generaciones de jóvenes no tienen ni idea de lo que significó el felipismo para la democracia y los demócratas que no se sometían a su dictado, y por otro lado, la memoria es muy frágil.
 Dibujo: Francisco Atanasio Hernández
Poco después de ser legalizado, el PSOE renunciaba al Marxismo, y poco más tarde comenzó el recital de indecentes mentiras a la sociedad. Antes de llegar al gobierno se declaraba contrario a la OTAN, pero enseguida que llegó a él se declaró partidario de formar parte de la alianza bélica y poco después, durante la campaña para el referéndum que se realizó para el caso, tuvo que utilizar todo el aparato mediático que le apoyó sin reservas, por supuesto, sin reparar en medios, como la utilización del miedo y la mentira para conseguir el SI con el 52,5% de los votos.
Es preciso recordar que Felipe González llegó al Gobierno en 1982 con mayoría aplastante de más de 200 diputados, gracias a los más de 10 millones de personas que confiaron en el programa electoral del PSOE “Cien medidas por el cambio”, que incumplió casi en su totalidad. La mayor estafa democrática la realizaron los felipistas ofreciendo un programa fundado en promesas que no estaban dispuestos a cumplir.
            En aquel programa de las “Cien medidas por el cambio” prometía el PSOE que habría protección judicial frente a detenciones ilegales, y que evitaría los malos tratos o torturas a los detenidos, sin embargo, en 1983 sacó del viejo cajón del franquismo la Ley Antiterrorista “Plan antiterrorista ZEN”, le llamaron, con el Ministro de Interior José Barrionuevo al frente, falangista con carné socialista, que muchos años más tarde, sería condenado a 10 años de cárcel, por el secuestro perpetrado por los GAL en 1983 de Segundo Marey, súbdito francés, aunque solamente cumplió 3 meses, porque fue indultado por el Gobierno de Aznar. Los fascistas siempre estuvieron al quite, como en este caso.
Con la Ley Antiterrorista en vigor enseguida volvieron las técnicas terroristas del franquismo, torturas en los cuarteles y comisarías, desaparición de personas de forma extraña, y secuestros y asesinatos de militantes de ETA y también de inocentes como Santiago Corella “El Nani” (delincuente habitual que nada tenía que ver con ETA), o el caso de Segundo Marey, que tampoco era de ETA. Los enterramientos con cal viva, en lugares escondidos era el código de leyes que impuso el felipismo, ejecutado por personas de las Fuerzas del Orden público y delincuentes habituales. Oficialmente el número de asesinatos cometidos por el GAL está establecido en 28 personas, entre las que hay varias que nada tenían que ver con el terrorismo.
El felipismo transformó al sindicalismo moderno en un neoverticalismo fundamentalista, y a la mayoría de los sindicalistas en monaguillos multiusos, para los que, sin duda, va a ser difícil que San Pedro les abra las puertas de la Gloria, si de verdad hay justicia celestial.
 Dibujo: Francisco Atanasio Hernández
             Inadaptados y locos eran los calificativos más dulces con que se agasajaba a los pocos que se negaban a ser un fariseo más, y se atrevían a exigir su derecho a ser diferentes y a soñar en un mundo menos sucio del que se estaba mostrando. Durante mucho tiempo, la caza del soñador, se convirtió en una actividad lúdica digna sólo de los más añejos inquisidores y sus más aventajados discípulos, y después se iban a misa a pedirle crédito a Dios, y se confesaban y comulgaban y al día siguiente volvían al tajo a empezar de nuevo la cruzada.

Hasta 1989 no empezaron a emitir las T.V. privadas, cuya concesión también estuvo envuelta de no poca polémica y de un recurso de inconstitucionalidad, por entenderse que se atentaba a la libertad de expresión con la limitación a tres cadenas de T.V. privadas.
            El resultado de todo ello fue la concentración de los medios de comunicación en muy pocas manos, en detrimento de la libertad de expresión y de la veracidad informativa, pero eso al régimen felipista le venía bien. El Grupo Prisa obtuvo importantes e inmejorables concesiones, y por ello hoy, en lógica correspondencia sigue poniendo sus potentísimos medios de comunicación al servicio de la publicidad de su benefactor y le promueve conferencias como la reciente en la Universidad.

            Tengo que reconocer que después del larguísimo período en los que los supuestos gobiernos progresistas del PSOE, vulneraron tantas y tantas veces las leyes y la Constitución, que hoy la palabra “progre”, me produce escalofríos.     

            El paso del PSOE por el Gobierno de la Nación durante 14 años, propició que a este dilatado período político, por su forma autoritaria y personalista de gobernar, lejos del respeto y cumplimiento de la Constitución, se le denomine felipismo, y no como una forma peyorativa utilizada por los enemigos del PSOE, ¡qué más quisiéramos muchos ciudadanos de este País, que lo que sufrimos sólo hubiera sido el producto de un mal sueño!
            Es más, el PSOE, se ha transformado en el partido felipista por voluntad propia, porque aún hoy, sus estructuras siguen aferrándose al culto a la personalidad del líder que hizo de la picaresca, el principio básico del ascenso y la permanencia en el poder a costa de lo que sea.

            La desmedida ambición y falta de escrúpulos de sus dirigentes, no les importó utilizar cualquier medio con tal de poner a su exclusivo servicio, a la mayoría de la banca, a la mayoría de la prensa, a la mayoría de los jueces, y a los sindicatos mayoritarios, desvirtuando así el contenido social y democrático de la Constitución, y vulnerando también los derechos individuales de los ciudadanos.

            Hasta finales de los años ‘80, la tan deseada prensa libre dejó de existir, casi en su totalidad, y en su lugar se instalaron servicios de publicidad de las andanzas del Ejecutivo. La concentración de la banca y el control de esta por los felipistas, eliminó la competencia y los banqueros pasaron a ser los principales avalistas de las políticas antisociales de los gobiernos del PSOE. Una vez que los jueces empezaron a ser elegidos por los partidos políticos, el Poder Judicial, dejó de ser independiente, y el Estado de Derecho comenzó a ponerse en cuestión. A la golosina felipista, sucumbieron también los sindicatos mayoritarios y sus estructuras y funcionamiento se transformaron en una especie de neoverticalismo fundamentalista, al servicio exclusivo del poder político de turno.

            La concentración de los Poderes del Estado bajo el yugo de una sola formación política y la conversión de los más importantes medios de comunicación en simples prótesis del partido político que detentaba el poder, sin menospreciar, el inestimable servicio de contención de los sindicatos, definen el período de Gobierno del PSOE, como un régimen político, radicalmente alejado del mandato constitucional para cuyo respeto, cumplimiento y desarrollo democrático fueron elegidos y prometieron o juraron sus cargos públicos.
            No en balde, el felipismo, se caracteriza por contener todo lo esencial de la etapa superior del franquismo, en la que se incluye el partido único. Alfonso Guerra lo dijo así: “Fuera del PSOE no hay nada más que un desierto político”.
            Todas las sociedades desarrollan una cultura en consonancia con los regímenes políticos que les gobiernan, y la sociedad española no fue una excepción durante el régimen felipista.
            La cultura del pelotazo, extendida entre las clases populares se traduce en aquella conocida frase que justificaba a los delincuentes con denominación de origen, y que decía así “aquí se los lleva el que está en el sitio y el que no puede lo envidia”.
            La inexistencia de principios éticos y morales de muchos personajes que arribaron a la política, con el único propósito de sacarle el máximo de provecho personal, y el progresivo distanciamiento del partido del Gobierno a los valores ideológicos que su nombre indica, propició la entrada en escena de la figura del tránsfuga, que camuflados en las listas cerradas de las formaciones políticas, en muchas ocasiones adulteraron la voluntad de la ciudadanía manifestada en las urnas, porque esta especie de mercenarios, venden al mejor postor el escaño logrado en otra lista. Tal es así, que por esas fechas en ERC (Esquerra Republicana de Cataluña), se quedaron sin representación parlamentaria, por el transfuguismo de sus representantes, y también sucedió en I.U., los partidarios de la casa común de la izquierda en el cortijo particular del felipismo, protagonizaron un acto más de transfuguismo, de manera que los diputados y concejales que entonces se proclamaban del P.D.N.I., lo eran porque salieron elegidos en las listas de I.U., y el PSOE, los acogió en su seno con los brazos abiertos.
            Durante la transición se decía que la Democracia iba a propiciar la igualdad de oportunidades, la no discriminación, y la eliminación del enchufismo, pero la Administración del PSOE cambió de manos el enchufe y se quedó tan fresco. Se iban a abolir las listas negras del franquismo, y se cambió a los listeros que las realizaban, pero al contenido ideológico y nominal se le añadió una importante dosis de ensañamiento con los compañeros de viaje que no se sometían. La solidaridad fue sustituida por el individualismo más feroz, y la desconfianza se introdujo en el hombre de la futura sociedad del bienestar.
           Dice la Constitución que nadie será discriminado por razón de sexo, raza, religión, o ideología, y lo cierto es que, muchos inconformistas no fuimos quemados directamente, porque en las fábricas y oficinas están prohibidas las fogatas.
          Con el felipismo, la picaresca ascendió a la cúspide del poder de esta España nuestra y no hubo más putrefacción porque se quedaron sin materia orgánica.
            Yo ya no creo en la regeneración de la política, porque hasta ahora, ningún partido político ha mostrado sinceridad sobre sus intenciones a legislar para la regeneración de la vida de la casta española más podrida de todos los tiempos.
           
            Teniendo en cuenta que el felipismo convirtió la democracia en un montón de basura lo más seguro es que, toda o parte de esta especie protegida, se abstendrá en la investidura de Rajoy para que el Estado de la Corrupción continúe con el mismo vigor que hasta ahora.
Portada de mi libro "El conductor de ciegos pone su escuela en Moncloa"


Fuentes consultadas y /o utilizadas

Libros
-Francisco Atanasio Hernández. El conductor de ciegos pone su escuela en Moncloa.
-Francisco Atanasio Hernández. Alumbres algunas historias pendientes.
-José Díaz Herrera e Isabel Durán. Los secretos del poder.

Prensa
-Diario 16.
-La Verdad.
-La Opinión.
-El Mundo.

Documentos
-Programa electoral del PSOE de 1982 "Cien Propuestas para el cambio".
-Francisco Atanasio Hernández. Artículos publicados en diversos medios.

Dibujos
-Francisco Atanasio Hernández.

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