jueves, 6 de julio de 2017

LAS MUJERES DE ALUMBRES.

A mi abuela materna
Josefa “la Guirrarra”
que me daba para merendar
una rebanada de pan con aceite y azúcar
y me pagaba el cine los domingos.

La mujer alumbreña en general, y algunas en particular,  ha sido y es, sin lugar a dudas una mujer luchadora, que a lo largo de la historia del pueblo, en muchos casos se las ha tenido que arreglar sola para sacar a su familia adelante, y en otros ha significado el apoyo imprescindible del hombre, no sólo para obtener los recursos económicos suficientes para alimentar a su familia, sino también la ayuda moral necesaria en la lucha diaria. Ellas han sido el mejor y más importante punto de apoyo de los hombres de este pueblo en los momentos difíciles.
Mujeres de trabajadores de Fert5ilizantes en la plaza del Ayuntamiento el 15 de diciembre de 1992, durante la histórica manifestación en Cartagena a la que asistimos más de 30.000 personas. 
La fábrica de Explosivos de Alumbres, conocida como Garrabino, durante poco más de un siglo, significó la más importante fuente de ingresos de muchas familias del pueblo, donde trabajaron numerosas alumbreñas, entre las que quiero destacar a mi abuela materna que trabajó allí más de 40 años, y a la que siempre echaré de menos.
Durante la mayor parte del siglo XX, las mujeres trabajadoras que eran madres, no podían permitirse el lujo de faltar al trabajo, y si lo hacían, era por el tiempo imprescindible. En la primera mitad del siglo, era fácil ver, cómo una niña de menos de 10 años, que no iba al colegio porque tenía que cuidar de sus hermanos más pequeños, le llevaba a su madre al bebé que estaba en período de lactancia, para que lo amamantara en la puerta de la fábrica y pudiera seguir trabajando después. Es sólo una sustancial diferencia con los permisos de maternidad y lactancia de la legislación actual.
No obstante, las mujeres que no estaban ocupadas ni en Garrabino ni en otro lugar, también supieron buscarse la vida realizando otras labores, como la pleita de esparto, para lo que solían reunirse varias mujeres en casa de una de ellas hasta muy avanzada la noche, y para algunas de éstas, igual que para las que tenían otra ocupación, no había descanso ni en festivos, porque había que seguir en casa, y nunca pidieron salario por cumplir con su obligación de madres y esposas.
De esta manera, muchas mujeres, mantenían o ayudaban a salir adelante a sus familias, a base de trabajo y sacrificio.
Encuentro de bolillo en Alumbres 17-11-2013. Foto: Francisco Atanasio Hernández
Además, en Alumbres siempre hubo un buen plantel de modistas que cosían y enseñaban a coser a las jóvenes, y también artistas del bordado y el bolillo, de cuyas labores conseguían sacar un suplemento económico con el que ayudarse. Todavía hay mujeres en el pueblo que se dedican a la costura y no para distraerse precisamente.
En esos tiempos había que hacer toda la ropa a mano, a diferencia de la actualidad que todo viene elaborado de fábrica, y en la calle Prefumo hubo una sastrería que después se trasladó al Malecón, (en la orilla de la rambla) donde se confeccionaba ropa de hombre, y trabajaban algunas jóvenes del pueblo.
Mi prima Concha Reche, que por esa época estuvo allí de aprendiz sin sueldo, hace años me contaba, que Antonia “la del Comerciante”, Mari “del Ladrillero”, Isabel Morales y Antonia “de Eleuteria” cosían muy bien y por esa razón cobraban por su trabajo.
            Recordaba también que Mari “la Lirina” cosía ropa de mujer y que entonces prefirió irse con ella porque no le gustaba coser la ropa de hombre. Gertrudis también era modista y tenía muy buena reputación.
Por la década de los sesenta, había en Alumbres un taller de costura en la casa de Ángel Esparza, “Ángel el Chucho” donde iban a aprender muchas de las jóvenes de la época.
            Ahora podemos decir, que hay muchas mujeres del pueblo que tienen merecida fama en la especialidad de corte y confección, y que a algunas de ellas, le ha servido para sacar adelante a sus hijos y no sólo para distraerse y ahorrarse unas pesetas en el vestido.

Por aquellos años había también mujeres que dominaban el bolillo y hacían encajes, para juegos de cama, cortinas, tapetes, etc., y se preparaban su ajuar con esmero para un futuro que esperaban no estuviera muy lejano. También las había que trabajaban el bordado con verdadera maestría y con la misma intención de ir haciendo el ajuar.
Encuentro de bolillo en Roche 1-5-2014. Foto: Francisco Atanasio Hernández
El encaje de bolillo tiene sus orígenes en el siglo XVI, y en Alumbres tiene numerosas aficionadas que han ido adquiriendo el conocimiento de la técnica a través de sus antepasados femeninos y en estos tiempos por medio de la organización de talleres de aprendizaje.
Concha me contaba, que ella hacía encaje de bolillo desde su adolescencia, y que en estos tiempos se había puesto de moda la realización de esta actividad, como una forma de conservar ciertas tradiciones, por lo que se programan concentraciones de bolilleras todos los años en Alumbres, La Unión, La Palma, San Javier, Los Dolores, El Albujón, y otros lugares de la Comunidad Autónoma de Murcia.

Muchas mujeres del pueblo, no han dudado en limpiar escaleras, casas particulares de vecinos con economías más solventes, o tuvieron que desplazarse a Cartagena, La Unión, el poblado de Repesa, o a las playas en verano, a “servir”, o a realizar trabajos de limpieza en las fábricas del Valle de Escombreras. Esas como otras realizaron, y muchas siguen haciéndolo todavía, cualquier trabajo decente que reporte los ingresos necesarios para mantener a la familia. 
            Para todo hay excepciones, pero en general, las mujeres de Alumbres se han forjado en la lucha por la subsistencia codo con codo con el hombre en la consecución de mejoras para el presente y para el futuro de los suyos.
Alumbreños, hombres, mujeres y niños, reclamando el desvío de la vía en 2004
Un pequeño grupo de mujeres de este pueblo, fueron imprescindibles protagonistas en muchos de los actos que se realizaron durante la crisis del sector de Fertilizantes a principios de los años 90.
Hay que recordar que antes ya, en 1975, durante el encierro de una semana de los trabajadores de ASUR en la factoría de Escombreras, algunas de las mujeres de los alumbreños que allí trabajábamos, demostraron que se podía contar con ellas para el futuro, y siguieron haciéndolo después con el mismo ímpetu en el mes de huelga que tuvimos que llevar a cabo para mejorar nuestros escuálidos salarios en 1976, y posteriormente en la crisis industrial que azotó a la comarca también jugaron un importante papel. Sólo lamento que no estuvieran todas las que tenían que estar, y solamente fueran unas pocas las que supieron darle su apoyo a los suyos en los momentos difíciles.
Durante la suspensión de pagos del Sector de Fertilizantes de 1992-93 en manos de KIO-ERCROS, la participación de un grupo de mujeres en defensa de los puestos de trabajo de sus parejas tuvo una importancia crucial, ayudando con sus actividades autónomas no sólo a que se mantuvieran ASUR y Explosivos Río Tinto en El Hondón, sino a que la Administración se comprometiera a crear nuevas empresas para recolocar a los excedentes laborales. AEMEDSA, TRADEMER, Químicas del Estroncio, y el traslado de la fábrica del Hondón al Valle de Escombreras, (aunque ahora muchos de sus trabajadores acomodados prefieran olvidarlo) además de numerosas recolocaciones en General Eléctric, de muchos trabajadores que quisieron cambiar de aires, es el resultado del esfuerzo realizado por los trabajadores del sector y la inconmensurable ayuda de muchas de las mujeres de los trabajadores que sabían que su labor era también necesaria, entre las que estuvieron algunas alumbreñas como, Paquita Pérez Martínez, Salvadora Jiménez Ros, Conchi Díaz Martínez, Flora Barcelona; Carmencita Gómez; Paca Marín; Lola Marín, Maruja Conesa, Josefina Rojo, y puede que haya alguna más que no recuerdo, lo siento si me he olvidado de alguna.
Estas mujeres del pueblo, integradas en el numeroso grupo de mujeres de trabajadores del Sector de Fertilizantes de Cartagena, llevaron a cabo una serie de actos de protesta que difícilmente hubiéramos podido realizar los hombres, que ya teníamos bastante con nuestras propias movilizaciones diarias. Se encerraron en el Ayuntamiento de Cartagena dos veces, en la Asamblea Regional se encadenaron, viajaron a Madrid a manifestarse ante la embajada de Kuwait, todos los martes iban a Murcia a manifestarse frente al Palacio de San Esteban, etc., etc., etc.
Paquita Pérez Martínez, me recordó que la razón por la que una vez impidieron la salida del Talgo de Cartagena fue que no las dejaban subir al tren sin pagar el billete como hasta entonces hacían, porque sus maridos llevaban dos meses sin cobrar, y entendían que algo había que hacer para protestar por ese otro atropello empresarial.

Sin duda alguna debe de ser motivo de orgullo para el pueblo disponer de este plantel femenino, porque es una suerte tener de compañera a una mujer de esta naturaleza, que sabe estar con el hombre, no sólo para lo bueno sino también para lo malo. Los mejores amigos tienen que ser los que más cerca están de uno, y el que no tiene una compañera, o al revés, que lo anime y ayude a luchar por sus convicciones no sabe lo que es la amistad.
                            A ti, mujer
                            que  cada día me das
                            el aliento necesario
                            para seguir luchando
                por mis convicciones.
Esta es la dedicatoria que le hice a Dami, mi mujer, mi compañera y sobre todo mi amiga, en mi libro “Lo que me quedó de Alumbres en el siglo XX”.
Mujeres de Alumbres en una de las protestas contra la instalación de los depósitos de gas. Foto: Carlos Gallego (La Opinión)
Después, cuando en 1997, Repsol amenazó con la instalación de los depósitos de gas en el lugar donde estuvo Garrabino, las mujeres estuvieron defendiendo la supervivencia del pueblo codo a codo con los hombres, y una vez más, demostraron que ellas, son vanguardia necesaria e imprescindible en Alumbres.
Por esas fechas no se limitaron a participar en todo tipo de movilizaciones que se organizaron, sino que a partir de 1999, un grupo de mujeres (solamente mujeres) cogieron las riendas de las Chirigotas fundadas el año anterior, y se bautizaron con el nombre de “Presuntas Desterradas” para participar en Los Carnavales de Cartagena, con una intención evidente, aprovechar la ocasión que brindaban las fiestas para denunciar el propósito de Repsol – Butano.

Por último quiero recordar que en 1988, por iniciativa de un grupo de mujeres interesadas por la problemática de la mujer en la sociedad, y animadas por los vientos favorables que soplaban para las organizaciones femeninas, se constituyó la Asociación de Mujeres de Alumbres, en reunión celebrada con este motivo, donde aprobaron los estatutos y eligieron la Junta Directiva, y desde entonces organizan diversas actividades culturales y lúdicas para el colectivo femenino.


Fuentes consultadas y/o utilizadas

Libros
-Francisco Atanasio Hernández. Alumbres en el siglo XX.
-Francisco Atanasio Hernández. Lo que me quedó de Alumbres en el siglo XX.
-Francisco Atanasio Hernández. Retazos de la historia de Alumbres.
-Francisco Atanasio Hernández. Alumbres algunas historias pendientes.

Testimonios
-Josefa Hernández Jiménez.
-Concha Reche Jiménez.
-Paquita Pérez Martínez.
-Mis recuerdos.

Prensa
-La Opinión.

Fotos
-Francisco Atanasio Hernández. 

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